martes, 26 de abril de 2011

El seminarista y la lógica


Nos desenvolvemos en un mundo impregnado por el uso cotidiano de la lógica, y cómo no hacerlo, cuando todas nuestras expresiones tienen ese toque que hace alarde de la condición de seres racionales que somos.  Pero porqué nosotros, seminaristas,  debemos  ahondar en la lógica y más concretamente estudiarla, debemos tener ese conocimiento, manejarlo, usarlo, he incorporarlo más y más  racionalmente.  De manera que desarrollaré este escrito de forma que explicando la lógica formal, y su uso, pueda dar razón a la utilización consiente de ésta, en nosotros seminaristas y líderes de comunidades.  

A si pues que entendemos por lógica formal, a la parte de la lógica que habla sobre el pensamiento en sí mismo y sus operaciones  fundamentales, o sea, la forma o estructura de un razonamiento y no su contenido. Por ejemplo, cuando en la aritmética se hablada de sumas de  naranjas o peras, no interesa en realidad, las naranjas o peras, sino, ciertas relaciones formales. En este caso nosotros pregoneros de la palabra, y llamados a la coherencia en el hablar, necesitamos de manera obligatoria estudiar esta ciencia. O que sería de nosotros, predicando una de las siete palabras, o haciendo uno de los sermones de semana santa, sin una dirección correcta de pensamiento, sin una estructura del racionamiento, un desastre. Se hace necesario tratar el tema del concepto y termino en la lógica. Concepto, es la primera idea que concibe el entendimiento, o más fácil, es la representación intelectual de un objeto, y este concepto trae una relación entre la extensión y la comprensión: “a mayor extensión, menor comprensión” y viceversa, en otras palabras entre más abarque ese concepto menos va ser  su comprensión su entendimiento, y entre más pequeño o especifico sea, más grande y amplia va ser su comprensión. De tal forma ya que nosotros conocemos esta característica del concepto, apliquémosla y así nos damos cuenta, de cuan valioso es el estudio que recibimos en el seminario, que sobrepasa la dimensión académica y es aplicable a lo que va ser nuestra vida en el ejercicio de la pastoral. Que aprendizaje o mensaje tan grande le dejaríamos a una comunidad cuando haciendo uso de este principio, le permitimos a la gente  según lo deseemos gran compresión o pequeña idea de lo que deseamos que se les quede grabado. Y  en esta comunicación del concepto, este poder trasmitir, se hace realidad a través del término, que es signo sensible que se emplea para expresar el concepto. El término es entonces la palabra, palabra oral o escrita. Que nosotros seamos magos de la palabra y podamos dar locuciones y escritos coherentes de nuestros conceptos.   

Para concluir resalto la gran importancia que tiene en  nosotros seminaristas seguir estudiando la lógica, ya que nos permite ser coherentes, concretos, orientarnos y organizarnos en nuestro propio pensamiento y en la expresión del mismo. En el ejercicio de la pastoral apliquemos de manera consiente estos conocimientos que harán de nuestras comunidades unos cristianos mejor educados y guiados por líderes realmente calificados. Animados por la gran aplicabilidad, encontremos en el estudio de la lógica una materia importantísima y de la que no se puede prescindir en el pensum de un seminario. 

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